domingo, 2 de agosto de 2015

Entre el huehueteco descalzo de 1970 y el huehueteco que transita con lujos en el 2015.


Esta fotografía fue subida por Carlos Maldonado al FaceBook. Posiblemente fue tomada por él durante su infancia o por su señor padre, el celebrísimo y muy respetado fotógrafo, Don Meme Maldonado. La misma, me parece, data de 1971. Se anuncia en la cartelera cinematográfica del "Monumental Cine Lilí" la película "Un amante anda suelto", protagonizada por Alberto Vásquez, Zulma Faiad, Jacqueline Voltaire, que se anunciaba pomposamente ser "a colores".

Esta foto arranca suspiros de muchos vecinos que añoran el Huehue del antaño, con el eterno argumento que "todo tiempo pasado fue mejor", con sus calles limpias. Sin congestionamientos de tránsito (¡ni carros había!). ¡Qué diferente era Huehue en aquellos años! Pura tranquilidad, paz. No había homicidios, ni asaltos.

Sin embargo, nadie quería en aquellos años aquél Huehue. Todo mundo rezongaba porque había una pobreza desgraciadísima. Más del 30% de la población ni tenía zapatos. Muchos de mis compañeros de la escuelita primaria eran descalzos, al grado que nuestras maestras decían algo como: "¡Para la actividad de mañana, deben venir con los zapatos bien lustrados y los descalzos, con los pies bien lavados!".

Había tiempo para todo, al grado que a las 4 de la tarde, muchas de las señoras tenían tiempo para reunirse en alguna casa de cada cuadra, para tomar café y "ponerse a pelar a la gente"; pues no había mayor cosa qué hacer en aquella ciudad en el atraso, el sudesarrollo y a kilómetros del progreso del resto del mundo.

Ahora en Huehue, el tiempo no alcanza; se tiene acceso al progreso mundial y los problemas son derivados de la riqueza. Mucho vehículo: son tantos que ahora se reporta mucho robo de automotores y motocicletas. Mas en la pobreza de aquellos tiempos ¡¿qué se iban a robar?! ¡Ni gente había en las calles desoladas! Por tanto, tampoco había basura tirada y vivíamos en la tacita de plata. Si ni para comer había, mucho menos basura para tirar. Muchísimo menos, contaminación y polución.

Todo tiempo tiene sus pro y sus contra. Sus ventajas y desventajas. Sus beneficios y sus costes. Ese fue el Huehuetenango que recibimos los niños de aquellos tiempos. A nosotros nos ha tocado entregar el progresista Huehuetenango a las nuevas generaciones, con relativamente mayor progreso y mucha riqueza, al grado que no cabemos, pero con sus tragedias también.

Ahora la gente se enferma, pero no por ser pobres, sino por ser ricos. Las personas se enferman por problemas por el exceso de comida: por obesidad, por exceso de colesterol malo y triglicéridos. Enfermedades psicológicas por exceso de trabajo. Hay mucho accidente de tránsito y mucha gente se queja que ya no puede circular en su carro (pura riqueza).

En suma, la fotografía dice mucho y presenta el contraste entre el huehueteco descalzo de los años 1970 y el huehueteco que transita en las mismas calles en microbus, vehículos lujosos o motocicletas en el año 2015.

Dependerá del estado de ánimo de usted, la amargura y pesimismo o el júbilo y optimismo que despierte este post; pero como siempre, sus comentarios vertiendo su veneno o la dulzura de su corazón, serán bienvenidos.
Edwin Rocael Cardona Ambrosio
Huehuetenango, 2 de agosto de 2015