Desde mi infancia en la escuela primaria (estudié en la Escuela Nacional "Domingo Morales" en Huehuetenango, Guatemala), tuve noticia de la genialidad del poeta guatemalteco, Padre Rafael Landívar y Caballero. Todo mundo habla de lo que escribió este insigne poeta y de la belleza de su poesía, compilada en la obra que titulara en latín: Rusticationis Mexicanae. Sin embargo, nunca antes, tuve acceso a leerla directamente, por lo que bella o no, jamás pude expresar absolutamente nada al respecto, ya que no se puede amar lo que no se conoce.
"Rafael Landívar y Caballero nació en Guatemala en 1731, de distinguida familia de la ciudad. Su padre, don Pedro Landívar, un capitán del ejército español, había llegado a Guatemala procedente de una poblaci6n de Navarra, y era persona en extremo religiosa, dato muy importante por la influencia definitiva que esta religiosidad tuvo en la orientación y vida de su hijo Rafael. Muy pronto comenzó a cursar estudios regulares en el Colegio de San Francisco de Borja de la ciudad de Guatemala, regido por los jesuitas, que alternó con la asistencia a clases en la Real Universidad de San Carlos.
En 1746 obtuvo el grado de Bachiller en Filosofía, en el Colegio de San Francisco de Borja, y al año siguiente, después de brillantes exámenes, el de Maestro en Artes en la Universidad de San Carlos y más adelante, mediante nuevos exámenes, el grado de Licenciado en Filosofía. Después de la muerte de su padre, en 1749, Landívar se decidió a llevar a cabo sus propósitos de hacerse sacerdote y de ingresar a la Compañía de Jesús, y con este objeto se trasladó a México.
Allí pasó la aprobación de los dos años de noviciado, hizo sus primeros votos, repasó y completó sus estudios, parte de ellos al menos, en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, acreditada institución docente de los jesuitas en la ciudad de México.
La escasez de datos deja muchos blancos en las actividades de Landívar desde esta época hasta su salida para el destierro. Regresó a su región nativa, y en 1765 aparece como rector del Colegio de San Francisco de Borja, en el que años antes había sido estudiante. En 1767 fue desterrado con sus compañeros de Orden por el decreto de Carlos III que expulsó a los jesuitas de España y de sus colonias. Y comenzó así la etapa final de su vida, de incertidumbres y sufrimientos. Los jesuitas de Guatemala fueron concentrados en Omoa (Honduras), y partieron de allí para su destierro en Italia, con escalas en La Habana, Cádiz y Cerdeña.
La vida de los exilados en Italia estuvo bien surtida de privaciones, de falta de medios económicos y de contrariedades, la mas penosa de todas ellas, sin duda, la disolución de la Orden por breve pontificio del Papa Clemente XIV, de 21 de julio de 1773. Landívar aparece durante estos años finales como profesor y director, en Bolonia, de un centro de enseñanza para los jóvenes jesuitas, que llevaba el nombre de Casa de Sapiencia. Murió en Bolonia en 1793.
En las notas biográficas del padre Félix Sebastián se ve al padre Landívar como estudioso, inteligente, inclinado a la vida retirada, afectuoso y de delicada sensibilidad en peligro de disturbios emocionales. El destierro y aislamiento en Italia lo hicieron mas reconcentrado, más aficionado al estudio, más amigo de la soledad. Un bien le debe la cultura americana a esta situación, el poema Rusticatio Mexicana, que de haberse quedado Landívar en Guatemala haciendo su vida normal acaso nunca hubiera aparecido."(Kerson 2009).
Hoy, hurgando por el cofre electrónico de documentos exóticos, me topé con una versión digitalizada del original en latín, riqueza aportada por el proyecto de Google Books en http://www.google.com/books?id=wcp0mJH_GooC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false .
El texto se lee delicioso, pero es difícil apreciar su contenido para quienes no somos versados en el idioma fuente de los idiomas romances, por lo que encontré en el mismo proyecto Google Books, una versión electrónica incrustable con segmentos importantes traducidos al español, que permiten apreciar las hermosas expresiones de Landívar, aunque perdiéndonos claro, de la belleza de la métrica implementada en latín por el insigne sacerdote, cuyo nombre lleva la universidad con tradición jesuita en Guatemala, que me ha permitido el honor de figurar dentro de su distinguido cuerpo docente.
Fuentes consultadas
Kerson, Al. «El concepto de utopía de Rafael Landívar en la Rusticatio Mexicana. Revista Iberoamericana.» 2009.
http://74.125.155.132/scholar?q=cache:nJEsxMqN33sJ:scholar.google.com/+rafael+land%C3%ADvar+rusticatio+mexicana&hl=es&as_sdt=0,5 (último acceso: 15 de marzo de 2011).
Libros en Google Libros. «Por los campos de México. Rusticatio Mexicana. Rafael Landívar y Caballero. 1782» Universidad Nacional Autónoma de México. 1993.
http://books.google.com/books?hl=es&lr=&id=PDxCZH1TecoC&oi=fnd&pg=PR5&dq=rafael+land%C3%ADvar+rusticatio+mexicana&ots=V1U9Q6qsfv&sig=WssbmuOV2Cd518uIJ-_8yyFYbiU#v=onepage&q&f=false (último acceso: 2011).
Edwin Rocael Cardona Ambrosio
Huehuetenango, 16 de marzo 2011
Huehuetenango, 16 de marzo 2011
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