sábado, 1 de agosto de 2009

Caricatura literaria al sol del intelecto huehueteco Doctora Lucinda Rivas Lopez

Con motivo de otorgarse por séptima ocasión la Orden del Castillo, que fuese aceptada honrosamente por la Doctora en Pedagogía Lucinda Rivas López, introduje dentro de la caricatura literaria de este mes, elementos del virus social transmitido por vector que ha desatado una epidemia conflictiva en mi comunidad en Huehuetenango, Guatemala. Albergo la esperanza que dado que se trata de un vector con voluntad, dé un giro favorable hacia la dirección correcta. No se puede porfiar en la consecución de una causa perdida por los propios errores.


Caricatura literaria al sol del intelecto huehueteco Doctora Lucinda Rivas Lopez

Sólo podré trazar letras color guinda
ya que por referencia sé de Doña Lucinda,
embajadora intelectual de mi tierra linda
que en la remota Michoacán cátedras brinda.

Me pregunto que escenario “sui géneris” sucedería
si algún jefe edil actual a ella se presentaría,
talvez de un corto circuito una chispa encendería
pues nunca se llevaron la ciencia y la tontería.

En Doña Lucinda un genio se prendería
didáctica, letras, sensibilidad y sabiduría,
algo de ello nuestro munícipe talvez querría
pero para eso a El, la maceta jamás le daría.

Me dijo del pasado uno de los papuchos:
“De haber sabido sus títulos serían muchos
le hubiese ofrecido fragantes cartuchos
incluso animado a lanzarle los chuchos”.

De inimaginables méritos la vida le ha dotado,
tantos versos y prosas que hasta me he imaginado
que las letras, del papel a su cabeza han saltado,
por eso la caricaturizo con cabello acolochado.

La autoridad local poseer capacidad suponía
mas por la realidad actual a recomendar me atrevería:
que es menester para aquél que detente la Alcaldía
recibir de Doña Lucinda ¡meticulosa tutoría!



Edwin Rocael Cardona Ambrosio
31 de julio de 2009

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