miércoles, 15 de agosto de 2012

Retiradores de motos. Un escrito demencial.

Mediante un video de un medio de comunicación televisivo local se aprecia declaraciones de un funcionario gubernamental de Huehuetenango. Afirma la fuente que el año pasado, para esta época (1er. semestre) iban robadas 87 motos y ahora van 180, pero que antes sólo recuperaban 13 y ahora ¡han recuperado 28!. También explica el funcionario, “en un análisis más profundo”, según él, que los robos aumentan a medida que las personas compran más motos. En un ratito de los que estoy “sin oficio”, me puse a curiosear esta estadística descriptiva, con los números presentados por el gobernante y construir unos índices para ver si se ha mejorado. Allí les van sólo tres:

Ritmo de Crecimiento Anual de Robo de Motos=RCARM=(187/80)=2.06
Indice Recuperacion Motos Robadas Pasado=IRMR=(13/87)=15%
Indice Recuperacion Motos Robadas Ahora=IRMA=(28/180)=15%

Algunas conclusiones:

Asígnese un precio medio por moto de diez mil quetzales, implicaría que las pérdidas semestrales ascenderían a 1.87 millones de quetzales.
Se recupera el 15% de motos robadas cada año. O sea, seguimos igual en porcentaje de recuperación año con año.
A ese ritmo, se espera que el próximo año, para esta época irán robadas 371 motos=(180*2.06), equivalentes a 3.71 millones de quetzales.
Se recuperarán 55 motos=(371*15%).

La fuente indica que a mayor cantidad de motos compradas, mayor cantidad de motos robadas. ¡O sea que la causa del robo de motos es porque la gente compra motos! ¡Luminosidad sin par!

Me gustaría conocer entonces cuántas motos han sido vendidas por las compañías y de esa manera establecer la tasa de riesgo de que a usted le roben su moto. Eso simplificaría el cálculo actuarial para establecer una prima de riesgo para que las compañías aseguradoras puedan por fin, vender pólizas de seguros contra robo de motos (no se sorprenda si le dicen de pagar una prima anual de nueve mil por una moto de diez mil).

El cambio en los índices es un gran desafío. Disminuir el índice de robo de motos y aumentar el índice de eficiencia de recuperación es el gran reto para todos, pero me inquieta un poco el saber que nuestros gobernantes establecen como variable independiente del robo de motos, volumen de compra de motos y, como variable dependiente, volumen de motos robadas. Entonces, usted no compre motos y desaparecerá el problema. Me parece un disparate, pero podría estar yo equivocado (las ciencias de la conducta explican que es natural que un desquiciado mental considera que los demás son los desquiciados y él no), suplico disculpar mis desvaríos.

Como de opiniones enajenadas se trata, me iré hasta el otro lado (los loquitos no somos culpables). Hasta me estoy preguntando si no, las personas que se apropian de motos ajenas están desempeñando una función social, de “retirar” de la circulación el exceso de motos existentes en las ciudades, similarmente a como los zopilotes retiran el exceso de carne contaminante en la naturaleza, ya que la gente no hace caso de no dejar sus vehículos estorbando la libre circulación de los ciudadanos. En tal sentido, en mi chifladura, considero que debiera aplaudirse la eficiencia de los “retiradores” de vehículos “abandonados” en la vía pública. Dementemente propongo que ya no se refiera a ellos peyorativamente como “ladrones de motos”, sino que más apropiadamente como “¡retiradores de motos!”. ¿O no? ¿Qué dice “usté”?

Edwin Rocael Cardona Ambrosio
Huehuetenango, 15 de agosto de 2012

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