domingo, 27 de septiembre de 2009

Caricatura literaria al joven cantautor Roberto Reyes

Roberto Reyes es un compositor huehueteco cuyas obras musicales contienen sofisticada armonía, hermosa letra y abordan muchos temas de la actualidad. Roberto, estoy seguro que se ubicará en la historia del arte de Huehuetenango, entre los más grandes autores. Grande talvez como el insigne Wotzbelí Aguilar, Gumercindo Palacios Flores, Gonzalo López Rivas y José Ernesto Monzón (con quien fue homenajeado en un encuentro entre colosos musicales: uno de mucha edad y el otro de corta edad) entre tantos famosos guatemaltecos, incomparables entre todos ellos, con raíces en esta tierra de los azules y altos montes Cuchumatanes.

Es todavía muy joven. Su éxito más reconocido: "Déjame Vivir" ó como se le conoce: "El Aborto" (aquella pieza musical que inicia con el llanto de un bebé huehueteco -verdaderamente impresionante por todo: melodía, letra, orquestación...-). Si ha llegado a tal desarrollo, imaginemos el gran manantial de lírica y acústica que fluirá de El, si Dios quiere, a lo largo de los años. Tuve el honor de escuchar en compañía de unos amigos de una tapicería de la esquina donde vivo, unas sofisticadas composciones con ritmos y acordes fuera de serie que aún no han salido a la luz pública. Le fue conferida la Orden del Castillo y, tal como me he propuesto y la divina providencia me ha permitido tan gran privilegio, compuse para el lo siguiente:


Caricatura literaria
al joven maestro de la melodía y el verso
Roberto Reyes

Delgados dedos, dulces notas hacen sonar
por déjame vivir: un mensaje para no abortar;
entre nuevos merengues, salsas y baladas
las vidas de Presidentes fueron salvadas.

Vi en la velada su brillante actuación,
en versos la niña emitía declaración,
ya sonaba en la radio su canción
ya no era niño, era medio muchachón.

El no ha cambiado, hoy sigue igual
de tez morena y voz con tono cordial,
de góticas botas y pantalón ajustado
lacio cabello termina en espinas al lado.

De artista desnutrido o mal alimentado
por lo escuálido se hubiese presentado,
muchas chicas su figura han envidiado
pues Él siempre ha sido bien delgado.

Aquella dulce morenita niña costeña
en la vida sus quince años pergeña,
quiere oír la música que Beto enseña
por El suspira una patoja chinaqueña.

Su música es refinada, rica y exótica
rara como su gusto por aplicar la gótica,
toca de niñas el corazón a fuego lento,
conmueve al cuque de carácter violento.

El fantasma de Otto que le dicen Jenniffer
lo persigue como si fuese el mismo Lucifer,
dicen que ahora con novia lo ven aparecer
pues de viejo no quiere: con palmitas fallecer.

El mundo actual tiene placeres para disfrutar
Beto Reyes describe oportunidades para pecar
pero aconseja: tus pasiones debes controlar
no sea que en homosexual: ¡Vayas a terminar!


Edwin Rocael Cardona Ambrosio
25 de septiembre de 2009

3 comentarios:

  1. Lic. Cardona: Nuevamente gracias por compartir sus versos con todos los que le seguimos en su blog. Solo una sugerencia, la palabra chinaqueña, deberia ser cambiada por otra que no sea propia de Huehuetenango, de esa forma cualquier lector independiente de su ubicacion pueda entender y disfrutar mejor sus versos (insisto es solo una sugerencia).

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  2. Muchas gracias a quien finamente sugirió cambiar la palabra chinaqueña por otra más gobal. Para los lectores de otras partes del mundo: "chinaqueña" es una mujer que nació en la Comunidad de Chinacá de Huehuetenango, Guatemala. Las mujeres "chinaqueñas" gozan de gran fama, porque son personas muy trabajadoras y de una cultura de raíces profundas en la vida familiar y comunitaria.
    Me esforzaré por ser mucho más universal en próximas oportunidades. Muchas gracias por la buenísima sugerencia.

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  3. me podrian dar el numero de Roberto Reyes necesito ubicarlo para poder hacerle invitaciones a actividades y asi dar a conocerle aun mas

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